La niña: para una gnoseología de la discriminación inicial

«La Convención sobre los Derechos del Niño -CDN- y la Convención sobre la Eliminación de todas las formas de Discriminación contra la Mujer -CEDAW- reconocen que los/as niños/as y las mujeres tienen necesidades especificasque la sociedad ha abandonado o descuidado, un abandono que es a la  vez una causa y un resultado de las formas concretas de discriminación que sufren estos grupos».
FEIM: declaración del 8 de marzo de 2001

Uno de los problemas metodológicos que encontramos al abordar los derechos de las niñas como tema específico, es la ausencia de indicadores que funcionen como herramientas aptas para operar en materia género.Los indicadores aportan información acerca del tema que habrá de tratarse   y facilitan la creación y/o formalización de criterios para diseñar políticas y evaluar los recursos con los que se cuenta. Un indicador inicial parte de la comparación entre la idea y la conceptualización acerca de niño y de niña históricamente evaluadas.
Al respecto quiero relevar la importancia y significación del silencio que alrededor de las niñas impregna los discursos referidos al abstracto   niñez. Silencio equivalente a omisión que como tal se instituye en términos de discriminación . Dicho silencio es tributario de la invisibilidad, de los estereotipos y de las vulnerabilidades a las que las niñas están expuestas y que, junto con el aprendizaje de la vergüenza y de la obediencia pueden considerarse organizadores de la vida de las niñas y posteriormente de las vidas de las mujeres (Giberti E.1992)
Este trabajo reproduce algunos conceptos expuestos en la Conferencia Interuniversitaria del Mer.Co.Sur contra toda forma de Discriminación, Xenofobia, Racismo y formas conexas de Intolerancia organizado,por INSTITUTO NACIONAL contra la DISCRIMINACIÓN,( INADI ,28 al 30 de marzo. Buenos Aires.preparatorio de la Conferencia Internacional que acerca del mismo tema, se llevó a cabo en Durban, 2001.
La creación de indicadores para analizar el tema y fundamentar las recomendaciones precisa aportes estadísticos; subrayo la inexistencia total de estadísticas que hayan desagregado a la niña del corpus niñez distinguiendola del niño(Giberti E. 1997).
Si uno de los derechos humanos es el derecho a la identidad, este derecho no perderá su estatuto de ficción mientras la literatura, el decir popular, la academia y el periodismo insistan en llamar niño a quien es una niña (Giberti E.1996). Esta diseminación del sexismo mediante el lenguaje adquiere características de violencia simbólica e invisible cuando se le otorga un tratamiento frívolo restándole importancia; de este modo se banaliza la homologación niña como femenino de niño .Admitir esta equivalencia prologa una perversión del lenguaje, la que conduce a utilizar el masculino hombre como genérico de humanidad.
La discriminación de la niña comienza con su presencia en los imaginarios y con su ausencia simbólica cuando se la nombra mediante la extensión ilícita del masculino.Esta discriminación encubierta-ya que no se la reconoce como tal- se sustenta sobre costumbres y creencias ancestrales. Desde pequeña-salvando las excepciones antropológica e históricamente registradas- la niña quedó expuesta a teorías familiares y sociales encargadas de marcar las que se consideran sus deficits e inferioridades: paulatinamente se le transmitió, mediante pautas culturales expresadas por discursos y otras prácticas que ella era inferior a varón, que   no disponía de la misma inteligencia, y que su futuro dependeriá de su pareja con un varón (ya sea para subsistir economicamente o para no padecer desamparo psiquico). Es posible conjeturar que esta modalidad adquiere relevancia particular en las niñas que forman parte de las clases populares.Asi como es necesario advertir que un nuevo universo de organizaciones familiares modificó la transmisión de pautas convencionales a sus hijas-niñas
Más allá de las diferencias que pueden encontrarse en el análisis de diversos grupos sociales, las niñas aprenderán que el interior de su cuerpo producirá la sangre menstrual que evidenciaría la calidad de un cuerpo sucio y enfermo; en paralelo quedará excluída de la nominación de sus genitales externos e internos, si se exceptúa la inclusión de la palabra panza en lugar de útero, panza que queda convertida en recinto de “los hijitos que ella deberá engendrar”(Giberti E. )
Las mujeres creyeron y se lo transmitieron a sus hijas, que su destino era el sufrimiento,la obediencia y la esclavitud,(Giberti E. 1992) más aún, que lo merecían por ser personas incompletas e incapaces, segun los discursos dominantes.Afirmación que recubre   una distincion de   jerarquias sociales y politicas.
Esta transmisión de mitos ,creencias y prejuicios por parte de las adultas (madres, maestras,etc,) hacia las niñas demandarían una larga exposición; solamente mencionaré la responsabilidad del genero mujer cuando persiste en el lugar de aquellas que se identifican con el agresor y reproducen el mensaje sexista. La produccion del discurso dominante es masculino y cuenta con la adhesión no reflexiva de un universo significativo que forma parte del genero mujer.
La Convencion que remite a los Derechos del Niño repicó en el sexismo del lenguaje y propició la unidad de medida convencional al homologar niño con niña, aunque en el punto 12 de la Declaración las mencionan con rango propio, pero incorporadas en la dimensión de la mujer; es decir, desplazadas de su lugar identitario como niñas, nuevamente invisibilizadas en su calidad como tal: “El fortalecimiento de la función de la mujer en general y el respeto de su igualdad de derechos favorecerán a los niños del mundo. Las niñas deberían recibir el mismo trato y las mismas oportunidades desde su nacimiento”Esta es la traduccion que evidencia la dificultad para categorizar a niños y a niñas como equivalentes semántica ,social y psicológicamente diferentes, reconocibles como personas con necesidades, posibilidades y derechos propios .

Sujeto en crecimiento

Desde el punto de vista psiquico, en el mismo momento en que el sujeto se inicia en el lenguaje se torna mas evidente la diferencia entre los sexos.Momento de la primera infancia en el que produce una marca respecto de la posibilidad de nominar, de nombrar las cosas y a quienes los rodean. La aparición del lenguaje y la posibilidad de distinguir   los generos se gestan en la primera infancia al unisono durante el proceso psiquico evolutivo.En ese mismo momento se induce la confusión acerca de la “superioridad” del varón que no es ajena a la relación sexualidad/poder.
Mas allá de las discusiones que el concepto de identidad suscita, podemos coincidir en una descripción : “Es un proceso mediante el cual la persona va elaborando a lo largo de una historia, una caracterización de si misma que no deja de reconsiderar mientras vive” (Pereda 1997). Historia que se construye con referencias sociales en tanto la niña sea miembro de diversas comunidades(por ejemplo nacional, tribal, familiar); también la niña como ciudadana, como hija ,como escolar. Cada Estado que es quien jurídica y legalmente empieza por insertar el documento de identidad mediante el cual se la identifica en el banco de datos de la ciudadanía
( etnia, fecha de nacimiento, etc.) en un documento que adquiere trascendencia y vigencia mediante las narraciones cotidianas con que cada niña lo impregna . Narraciones que a su vez estarán reguladas por el convencimiento acerca de lo que puede o no puede hacer, de lo que sabe o desconoce, por sus disposiciones, preferencias; narraciones impregnados por experiencias y posibilidades que van más allá del documento de identidad y que constituyen los diversos ensayos destinados a crear subjetividades como efecto del ejercicio de una vida psiquica regulada por la capacidad de introducir el leguaje y crear multiplicidad de discursos acerca de si misma
Esa subjetivación progresiva   rueda sobre si misma incluyendo experiencias y abriendose enel espacio y en el tiempo cronologico, al mismo tiempo que inaugura los tiempos lógicos propios del psiquismo. Se asumirá como alguien que se reconoce (quien soy),según sus experiencias con quienes la rodean,le hablan y la piensan.
Cuando es pensada por el otro que la desconoce en su identidad como niña, generalizándola como niño, se propicia el deterioro de su posición real, que corresponde a una niña y no a un varón .Este modo de pensarla no es inocuo, actúa en la construcción que si misma procesa cada niña y remite al desarrollo de procesos psiquicos mentales, procesos referidos a la capacidad de pensar y a la posibilidad de cada sujeto de pensarse a si mismo. No depende de la inteligencia ni del estudio sino de la sino la capacidad reflectiva que progresivamente adquieren niños y niñas (Fonagy 2002) que implica registrar los estados mentales de los otros, advertir que quien la cuida la reconoce como un ser deseante capaz de generar y exteriorizar sus propios deseos.A medida que la niña desarrolla dicha capacidad no solamente logra comprender la mente de otros, sino que adquiere la posibilidad de reconocerse pensado por otros. Se trata de procesos acompañantes de las diversas formas del desarrollo psiquico ,entre los cuales, la capacidad de respuesta intelectual de las niñas queda enlazada con el modo en que es pensada por otros según como ella lo registra a medida que crece. Si sucede de este modo no resulta difícil comprender el complejo pasaje que deberá ensayar, desde formar parte de “los niños” hasta identificarse consigo misma en clave de nena que si bien fue registrada como tal por el mundo de los adultos, fue incluida, sin embargo en el genérico “los niños”. Las actuales investigaciones (Fonagy) subrayan la estrecha relacion entre la capacidad reflectiva de niños y niñas-derivada del trato que reciben- con la capacidad para creer en otro, tributaria de dicha capacidad reflectiva.
Si pretendemos desactivar esta modlidad semántica es preciso intervenir en la construccion de los procesos intelectuales, judicativos y desiderativos de la comunidad para resignificar la existencia y la identidad de la niña. Para desagregarla del magma que la niñez implica.(Giberti E. 1994)
Este enfoque psicológico puede acoplarse al concepto de capital cultural, acuñado por Bordieu( 1980 ) que nos remite a la acumulación de registros que acerca de su cultura van logrando los seres humanos durante su existencia.Tema que, junto con la historia tal como Pereda lo menciona, nos conduce a la importancia de la contextualización en la creación de sentidos que adquirirán eficacia simbólica en la creación y organización de los procesos subjetivantes. Pensar a las niñas como parte de la categoría genérica niños indica una pertenencia y genera un dispositivo de categorización del orden de lo inclusivo: la niña incluída en “los niños”,que pretende anular las diferencias englobadondolas en una clase. La categoría invisible niña- no obstante ser reconocida como existente por sus familiares, educadoras y educadores , aunque omitiendo nominarla como tal en los discursos sociales- asi como el dispositivo los niños y/o la niñez, resultan ordenados mediante el intercambio verbal o escrito, según un ordenamiento androcéntrico. Ordenamiento que genera sentidos destinados por una parte a neutralizar las diferencias(que pueden resultar inquietantes) que se advierten durante la infancia y la niñez, y por otra a convertir en intrascendente la existencia de la niña, ocultando su opuesto: la capacidad de seducción que se les atribuye libidinalmente potenciada por el deseo masculino.
El dispositivo niños y/o niñez que persiste a pesar de los cambios epocales reclama la contextualización de,justamente,dichos cambios, pesto que ésta es una característica de los dispositivos,su significación acorde con determinados momentos históricos. Cabe preguntarse si aun es posible pensar en las niñas acompasando dicho pensamineto con la totalidad de las niñas que nos acompañan en la actualidad.
Lo que aqui pongo en juego es la elección de los adultos cuando perpetran esta homologación niño=niña en la tramitación de la comunicación verbal, escrita, técnica o doméstico-familiar.Cuando se lo observa y se lo comenta criticamente produce rechazo o fastidio en quienes son interpelados al respecto ; la tendencia a eludir el tema o a minimizarlo ,tanto por parte de hombres cuanto por parte de mujeres-me refiero a personas no   esclarecidas en el territorio de los géneros- es significativa . Es probable que por razones de economía psiquica se prefiera homologar los géneros ,descuidando la eficacia simbólica de dicha simplificación.

Invisibilidad

Las niñas han sido y continúan siendo invisibles en la historia , en los estudios sociales, en el lenguaje , asi como escasa y malamente descriptas en los aportes de la psicologia(salvando notorias excepciones); su invisibilidad bloquea la formulación del diagnostico más perturbador y más necesario de nuestro tiempo en materia géneros mujer y varón. Ese diagnóstico es el que conduce a darnos cuenta que aquello que debería ser objeto de estudio y revisión es el conjunto de herramientas que utilizamos para pensar y actuar, en este caso, acerca de los géneros. Sería preciso tomar como objeto de estudio no solo los modelos patriarcales incrustados en los imaginarios sociales, sino la dificultad para encontrar o construír pensamientos que no estén sujetados por la metodología que regularon esos modelos. El lenguaje no se corrige porque está tan corrompida la herramienta que ni siquiera les permite pensar que es preciso corregir.Estamos en el territorio de las denominaciones en el cual no se advierte que se carece de nominación para nombrar aquello que al nombrarse se torna reconocible en la diferencia .
Un ejemplo que ilustra nítidamente los efectos de esta homologación niña=niño ,generando errores conceptuales y estadísticos significativos reside en la pleyade de análisis destinados al denominado”maltrato infantil”, en cuyas conclusiones no se desagregan los malos tratos según el genero de las víctimas.De lo cual resultan amontonamientos de niñas y de niños, indiscriminadamente encuestados que no autorizan a convalidar los resultados de la investigación.
Generalizar los efectos del maltrato contra niños y niñas, como si las consecuencias sobre ambos fuesen equivalentes o iguales, visibiliza la desmentida, la negación, y/o el sexismo encubierto de quienes asi proceden .Mecanismos que impiden conectarse con informaciones internacionales y epidemiológicas. Reproduzco el último informe (1998) de Save the Children.
“Las niñas sufren de una y media a tres veces más abusos sexuales que los niños. Se dan en todas las edades, pero más frecuentemente entre los 10 y los 13 años. En el 46% de los casos, se repiten más de una vez sobre la misma víctima.” Se refiere a España.
“Los abusos tienen efectos diferentes para niños y niñas. Los niños varones que han sido agredidos es más probable que abusen de otros menores y suelen mostrarse agresivos, mientras que las niñas suelen sentir depresión y ansiedad.
El hecho de ser niña (mujer) es, indudablemente, uno de los factores que hace mucho más probable llegar a ser víctima de abusos sexuales. Los resultados de los estudios coinciden en quelas mujeres sufren el abuso sexual infantil de una y media a tres veces más que los hombres6. Un sondeo nacional del Gobierno Federal de Estados Unidos mostró, por ejemplo, que, en este país, las niñas sufren tres veces más abusos que los niños.”
En cuanto a los agresores, la mayoría son varones que, casi en la mitad de los casos, realizan su primer comportamiento de abuso antes de cumplir 16 años”
Aunque El Siglo del Niño primero y la Convención más tarde se evalúen como desafíos promotores de cambios sustanciales en el trato que se ejerce con niños y con niñas, si las investigaciones, ensayos y comentarios técnico /teóricos insisten en equiparar ambos géneros en la evaluación de las consecuencias del maltrato y del incesto, continuarán reproduciendo los contenidos de las estructuras dominantes –en su dimensión sexista- que impulsan y toleran la persistencia de los malos tratos. (Giberti E.2002)
Un procesamiento semejante es el que encontramos en el análisis del incesto paterno filial contra la hija niña que no desagrega este nivel de violencia de la categoria abuso sexual porque entiendo, junto con S.Lamberti (Giberti 1998), que el incesto debería ser un delito autónomo incriminable.Que no debe confundirse con un abuso, delito que puede ser llevada a cabo por cualquier persona que no sea el padre de la víctima.
Ser violada por el padre durante la niñez, configura una índole de victimización que se diferencia de ser violada por un familiar cercano, o por un desconocido.(…) La niña creció incorporando un vínculo que, de acuerdo con pautas culturales básicas, incluyó la idea y experiencia de padre; éstas , casi con seguridad, debieron ser acompañadas por la transmisión de respeto o de temor hacia ese individuo,(…) así como. el reconocimiento de la función parental asociada con el cuidado y el amor. Ese clima impregnado por los cuidados tempranos libidinizados es el que aprovecha el padre para crear una lógica particular que se instala en la relación con su hija /niña. La violación no se produce intempestivamente -salvo excepciones- sino después de haber creado las condiciones que la facilitarían; una lógica preexistente en la que la violación se incluye como un corolario natural a esta lógica que se caracterizó por el trato que el padre daba a la niña y que se instituyó para ella en el orden de lo natural . Esta es una de las características que diferencia a la violación por parte del padre, de aquellas que pudieran producir otros individuos”
Posicionar el incesto como integrante del abuso constituye una de las multiples maniobras del patriarcado destinada, en este caso, a encubrir la gravedad del hecho y a facilitar las prácticas jurídicas destinadas a disminuir la responsabilidad parental y por ende, su condena. Advertir la diferencia entre un violador conocido o desconocido y un padre, es algo sencillo: entonces, el hecho de acumular a estos sujetos en el mismo ámbito responde a su categorización como varones (imaginariamente igualados por sus anatomías) disimulando la existencia del vínculo consanguíneo y los contenidos simbólicos del mismo, asi como la responsabilidad que le compete a un padre. Es significativa la aceptación socializada de este deslizamiento que no logra ocultar la permisividad cómplice que hacia el padre violador promueven las prácticas sociales.
En este modelo la invisibilidad de la niña reside en la omisión de su posición como víctima, lo que conduciría a la categorización del padre como victimario.
La invisibilidad y su puesta bajo sospecha responden a un orden religioso-vertical, que a su vez es tributario de un orden natural pragmáticamente interpretado : dado que la niña aún no sirve para reproducirse carece de utilidad socialmente reconocida. Inutilidad “superada”, o”resuelta” por la práctica del incesto , tolerada por el orden patriarcal.
Por su parte el pragmatismo paidófilo inventó la utilidad de la niña prostituyéndola.En este ámbito la semantización es correcta: se solicitan niñas  para ser prostituídas y/o traficadas
Convención Interamericana sobre tráfico Internacional de Menores (Ratificada por Argentina y hecho el depósito de la adhesión en febrero del 2000 También niños, pero la división entre los sexos es muy clara en estas negociaciones: la que se considera mercancía para la prostitución aparece ordenada tanto en la oferta cuanto en la demanda.Quien solicita una niña no admite canjearla por un niño. Aunque ésa sea la contraoferta, según la disponibilidad de los traficantes. En todo el mundo, la mayoría de los seres sometidos a la trata sexual son mujeres y niñas de baja condición económica y las principales corrientes de este comercio fluyen desde los países en vías de desarrollo hacia los más prósperos International Human Rights Law Institute de la Universidad DePaul. (2001).
La policía de Ciudad de Guatemala informa que, sólo en esa ciudad, hay 2.000 niñas prostituidas en más de 600 burdeles; también se ha descubierto en Guatemala la presencia de criaturas hondureñas y salvadoreñas prostituidas, algunas de ellas huérfanas a raíz del huracán Mitch(Calcetas-Santos, O. 2000). La ONG Casa Alianza estima que en San José, Costa Rica, hay 2.000 niñas sumidas en la prostitución(Harris, B. 2000). Otros cálculos señalan la presencia de 25.000 niñas prostituidas en la República Dominicana y 500.000 en el Brasil –en su mayoría traficadas internamente(Dimenstein, G. 1992). En nuestro pais,una investigación llevada a cabo por Quaglia M. (2002) le permite concluír :”Como habrá podido observarse a lo largo de la exposición, todos los casos se refieren a nias cuyas edades oscilan entre los 8 y los 14 años. Se trata de menores que en la mayoría de los casos ya habían ingresado en el mercado laboral,trabajando de sirvientas.(…)Salo el caso de C.S. ,que en reiteradas ocasiones se había fugado del hogar, el resto de las niñas estaba plenamente bajo la tutela de sus padres.”
La nómina de denuncias en aportes internacionales es extensa. Se añade a ella la incorporaciópn de las niñas en el trabajo mendicante como producctora de bienes, rango que comparte con los varones pero con otra índole de riesgos. El informe del Population Reference Bureau (PRB)(2001) señala que «si bien los niños también pueden ser víctimas», las niñas «tienen más probabilidades que los varones de ser objeto de violencia sexual» y corren más riesgos de ser infectadas con el virus del SIDA (síndrome de inmuno deficiencia adquirida) y otras enfermedades sexuales a una edad más joven.”
Un fenómeno semántico de características perversas, dada la transgresión que implica es la que remite a la expresión madre-niña de uso frecuente no solo en los medios de comunicación, sino tambien en algunos aportes técnicos. La púber grávida suele nombrarse y clasificarse como niña-madre,frase que no solamente es incorrecta(para poder engendrar es preciso haber pasado por la menarca lo que transforma a la niña en púber, no obstante la clasificación incorporada por la Convención delos Derechos del Niño) sino también perversa en tanto y cuanto expone a las niñas a la situación imaginaria de coito con un adulto(.Giberti E. )
Esta suscinta enunciación del tema que abarca explotacion, violación,tráfico, evidencia que si se trata de referirse a las niñas como soporte de prácticas delictivas, la semantización es correcta. Debemos a R. Cicerchia (1998) una refinada observación acerca de los discursos que se utilizaban en la ciudad de Buenos Aires entre 1810 y 1840 aproximadamente para referirse a las que se consideraban características de las mujeres “decentes”:tenían en la iglesia y en el hogar “los centros de una vida tranquila en donde descollaban ´no por su inteligencia sino por su gracia ;cuentan con ´la pureza de un niño´ (no niña-añade el autor)y´merecen internaciones forzozas´en casos de insubordinación en la casa de Niñas Huérfanas o en la Casa de Ejercicios”.Cicerchia remite esta descripción a las versiones de viajeros de la época. O sea, el modelo de pureza queda asociado al niño, asi como la sanción para las inconductas corre por cuenta de la Casa de Niñas Huerfanas-,presuponiendo que las mismas provendrían de niñas pobres.Texto que coloca sobre el tapete una conjetura posible: la niña , perteneciente a un género que el discurso canónico definió privilegiando el pudor como variable de riesgo, aparecería históricamente, como sujeto bajo sospecha, debido a lo que podría denominarse“su vulnerabilidad de indole sexual.” Reconocida entonces como “la niña”, en categoría de genero mujer, si fue violada o maltratada ; y también si pudiese colegirse que en caso de ser victimizada no podría descartarse su intencionalidad seductora.

Unidad de medida

Si eludimos nuevamente las diversidades que aportan los datos históricos-las niñas constituyeron una unidad de medida que se caracterizó por las que se describieron como especificidades : ser dulces, suaves, complacientes, no-agresivas, en tránsito hacia su destino como futura madre y esposa.C.Wainerman(1983) en su estudio pionero mediante el cual analizo el contenido de los textos escolares de una época(1940-1955) sistematizó dichos contenidos citando la reiteración de sus recomendaciones:””Niña,tu tienes ya en el seno del hogar y en la misma escuela,undestino que cumplior bien diferente al de los varones.(…)Una niña debe ser dulce, suave,cariñosa siempre.(…)Ten presente que la mision de la mujer en el mundo es cosolar y animar a quienes la rodean, proteger a los desgradciados, tornar bella y encantadora la vida…(…)”
Este fue el rasero que consagró la unidad de medida. Pero esta unidad de medida que al mismo tiempo habia decretado su invisibilidad como sujeto social y que pretendía mantenerse fija (como corresponde a una unidad de medida), comenzó a derretirse debido a la conciencia de los movimientos de genero , a las teorías feministas y a los comportamientos de las niñas .
La   legitimación de la niña actual como sujeto diferente de los contenidos del discurso canónico proviene de las políticas que se dieron a si mismas niñas y adolescentes que operan en los intersticios, en los resquicios que dejan entreabiertos los imperativos culturales, al decir de Turner (1989).Espacios donde se reinscriben y ajustan las cosas aprendidas y aceptadas. En esos espacios intersticiales las niñas y adolescentes inventaron culturas atropelladortas de las imposiciones convencionales: por ejemplo,hacen lo que les parece mejor con sus horarios nocturnos , ensayan pensamientos nuevos acerca de sus cuerpos, de sus funciones reproductivas, de sus vinculos con otros y acerca de su futuro. Lograron espacios de maniobra para alterar las recomendaciones familiares y escolares y generaron experiencias de identidad contrastantes con las ilusiones, esperanzas y apuestas parentales. Produjeron sus propias politicas(Giberti 1993) y al hacerlo dejaron a la vista lo indeterminado de las que se supusieron unidades de medida para describirlas.
La niña, indefinida semánticamente y transvasada al genero otro, tejió posibilidades nuevas asociandose con otras niñas y descomprimió la infraestructura donde residía la unidad de medida niña, para comenzar a registrarse,percibirse distinta de aquello que los demás le decían que era.
Mientras las practicas políticas se reducían a un quehacer de elite, fue posible mantener esa unidad de medida, pero una vez que el genero mujer avanzó en los territorios de las politicas y de la participación, se complejizaron los silencios y las omisiones. Hoy hablamos de las niñas ,reclamamos por ellas y afirmamos que es preciso hablar de ellas y definir politicas publicas que la reconozcan y las abarquen, asumiendo las especificidades acordes con su estatuto de niñas.
Realidad y racionalidad como fundamento para una nueva propuesta   referida a Politicas Pùblicas destinadas a las niñas
Una tarea preventiva de antidiscriminacion demanda transformar la realidad que niñas y adolescentes nos evidencian, y convertirla en racionalidad: modificación que constituye un hecho político. Racionalidad consensuada que registre y selecciones lo mejor, en el sentido de lo más prometedor de esa realidad.No cualquier aceptación de cualquier realidad. Racionalidad cuya evidencia y cuya fuerza puede resultar de la producción de políticas públicas destinadas a desinvolucrar a las niñas y las adolescentes de los genéricos niñez y adolescencia. Es decir, evaluar, reconocer y orientar los ritmos y contenidos de los cambios que las niñas y adolescentes protagonizan: la selección y la valorización de tales cambios constituye un ejercicio del poder a cargo de quienes deben poner en acto las politicas pùblicas atendiendo al futuro de quienes ahora son niñas.
La nueva racionalidad que demandan los cambios que niños,niñas ,puberes y adolescentes varones y mujeres protagonizan, se caracteriza porque exige comprender los nuevos fenómenos en su proceso de articulación con lo que aun existe, con lo que tradicionalmente puede persistir. Una racionalidad que se caracterice por comprender los hechos en sus diferencias , lo cual forma parte de un proceso de simbolización resignificada y corregida. Es decir, politicas que propongan-y orienten- prácticas destinadas a desactivar invisibilidades y estereotipos acerca de las niñas además de introducir modos de producción que avancen más allá de las recomendaciones convencionales respecto de sus derechos humanos. Un modo de producción pendientees corresponde a la nominación con la que se situa a las niñas, en nuestro país clasificadas como “chancletas”, en lo que se supone un decir “doméstico,informal y cariñoso”.La versión argentina remite a la chancleta como alpargata que se usa sin calzar el talón ,si bien la etimología es múltiple y arcaica. El uso,entre nosotros,la asocia con “algo” que se usa “de entrecasa”, desjerarquizado como calzado .
La generalización que engolfa al niño con la niña en el lenguaje habitual constituye una matriz de la cotidianidad
POLITICAS PUBLICAS REFERENTES A LA DISCRIMINACION DE NIÑAS
Un deslizamiento ideológico condujo a superponer y a confundir la idea de políticas gubernamentales y la concepción de políticas públicas, si bien la diferencia entre ambas aparece nitidamente indicada en los textos que se ocupan de las Ciencias Politicas. Garcia Mendez(1998) lo subraya al escribir :”…como una más de las múltiples secueles perversas del autoritarismo, la confusión entre gobierno y estado determinó la confusión semántica- y lo que es peor política e institucional- entre el concepto de politica pública y política gubernamental(…) Lo público es y debe ser el resultado de una articulación, no desprovista de conflictos entre gobierno y sociedad civil..”
La confusión semántica que menciona Garcia Mendez puede hacerse extensiva a la utilización indiscriminada del masculino niño cuando se habla de niñas .En párrafos anteriores se mencionó el riesgo que dicha semantización encierra y del   cual corresponde responsabilizar al mundo de los adultos, hombres y mujeres que persisten en su utilización. Incluyo esta apreciación en el ámbito de las políticas públicas dado que los efectos de la discriminación que esta práctica significa, no es ajena a las gestiones propias de estas políticas. La sustitución de identidad nominal constituye un fundamento de la discriminación cuyo contenido metacomuinicado trasluce que, planteada la necesidad de economizar vocablos en el discurso cotidiano y también en el técnico y en el teórico, la variable de ajuste es la niña. Puesto que si bien actualmente es posible lograr que ,en algunos textos políticos se hable de hombres y de mujeres, discerniendo los generos,dicho discernimiento no alcanza a las niñas ,sistemáticamente incluídas en “los chicos” o los niños. Lo cual indica que se economiza en la cita que las identifica.
Entonces, y desde la aceptación imprescindible de este nivel de análisis se trata de proceder en el nivel de las instituciones:las escuelas, las leyes, las universidades en los diversos planos de la salud, la economía, las artes, el trabajo,el ocio, etc., proponiendo que desde estas jerarquías se registren los cambios sociales y se conviertan en racionalidades no sólo legitimadas por la comunidad sino legalizadas .
Dado que lo público trasciende lo estatal deberemos tener en cuenta que estas políticas públicas van más allá de los criterios estrictamente técnicos, y reclaman decisiones a cargo de la sociedad civil toda, capaz de incluír la opinión de quienes no son profesionales. Lo público supera los intereses personales, exige la participacion de todos los involucrados y hoy en dia precisa una visión multicultural de sus enfoques,lo cual no convoca relativismos a ultranza.
Actualmente esta en juego la Doctrina de la Protección Integral constituida por un conjunto de herramientas, eminentemente juridicas : Las Reglas de Beijing, Reglas de Administracion de Justicia (1985), las Reglas para Jovenes privados de Libertad(1990), las Directivas de Riad para prevencion del Delito, y la Convencion, que separó las politicas de proteción especial y las politicas de garantías,intentando no caer en la criminalzación de la pobreza.
Estas politicas son instrumentos del Estado que, formando parte de su política global y en el ámbito mas restringido de las políticas sociales , deberian garantizar los niveles de inserción propios de las politicas públicas que incluyen los derechos humanos.
Debido a la relación politicas públicas/politicas sociales – que involucran los derechos humanos- las politicas publicas se moveran permanentemente alternando con conflictos y modificaciones inesperadas. Tambien modificaciones destinadas a remover los contenidos del lenguaje que transparentan la discriminación inclusive en documentos internacionalmente avalados. Es preciso semantizar de acuerdo con las identidades que la niñez propone como enclave sustantivo de las politicas publicas: de lo contrario, al hablar de niños”en general, sobreentendiendo a las niñas” se codifica la discriminación que consagra la invisibilidad de las niñas. Se elude la racionalización que las politicas publicas demandan desde un pensamiento crítico ,superador de practicas autoritarias que persisten a través de un lenguaje que pretende, además, ser ingenuo.
Mientras no se reconozca a las niñas en los hechos y mientras no se corrija el lenguaje instaurando un espacio simbólico cotidiano para nominar niñas a las niñas, se mantendra el modo de producción de las discriminaciones.

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