Madres excluidas. Mujeres que entregan sus hijos en adopción

Síntesis del libro homónimo.

Investigación realizada por E.Giberti,S.Chavanneau de Gore, B.Taborda desde 1991 hasta 1994. Esta investigación pudo realizarse merced a la intervención de la Dra. Catalina Wainerman, quien confió en el proyecto y gracias a la generosa y estricta supervisión y asesoría de la Dra. Alejandra Pantelides. Sus resultados pueden darse a conocer mediante la edición del libro propiciada por FLACSO(Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales) gracias a la eficacia ejecutiva y a la generosidad de su director, Licenciado Daniel Filmus.

En nuestro país ¿quiénes son las mujeres que entregan sus hijos en adopción? ¿Por qué se desprenden del niño? ¿Cuál es la historia de sus vidas?
Estos interrogantes son los que originaron la investigación, que- haste este momento- es la primera y única que existe en America latina. ¿Cómo es posible que no se produzcan otras investigaciones acerca de estas mujeres, si su presencia constituye una característica fundamental de la región?
Nuestra práctica profesional, ejercida durante años, nos permitió convivir o mantener contacto permanente con ellas, con los funcionarios y profesionales que intervienen en la tramitación de las entregas de niños y juicios de adopción y con los padres adoptantes.En paralelo comprobábamos que entre nosotros se carece de datos estadísticamente procesados que puedan informarnos acerca de la historia y la identidad de estas mujeres. Tampoco encontramos esa información en la bibliografía de autores latinoamericanos
Quienes realizamos la investigación compartíamos una misma hipotesis(tesis):las instituciones(universidades, ministerios de Justicia, de Salud Pública) no tienen interés en estas mujeres como personas, sino como vientres productores de niños destinados a constituírse en hijos de matrimonios que no logran concebir.Una vez que las criaturas fueron entregadas a las familias adoptantes , las instituciones que las recibieron se desentienden de ellas.
Antes de comenzar la investigación advertimos que habíamos focalizado un tema significativo y molesto: no logramos financiamiento por parte de la institución que en nuestro país subsidia las investigaciones que considera de interés nacional.Por fin ,debido a la intervención del CENEP(Centro de Estudios de Población) logramos que una ONG de Suecia(SAREC, Swedish Agency for Research Cooperation with Developing Countries) incluyera el tema dentro de su presupuesto.Contamos con dólares 2.500, es decir, la mayoría de la investigación la costeamos nosotras.
El objeto de esta investigación (además de intentar verificar alguna de nuestras conjeturas respecto de los profesionales que intervienen en las prácticas legales de la adopción) fué :

  1. conocer algunas características sociodemográficas básicas de las mujeres que entregan a sus hijos en adopción y
  2. conocer las circunstacias en las cuales, de acuerdo con sus respuestas, decidirían entregar al niño.

Cómo trabajamos
Decidimos revisar los expedientes que registraban las entrevistas(a cargo de psicólogas y de trabajadoras sociales) que se realizan con las mujeres que entregarán a sus hijos en adopción, durante la década de 1980 a 1989. Utilizamos 123 expedientes: 53 provenían de la Dirección del Menor y la Familia(Ministerio de Salud y acción Social) , 49 de un Juzgado de Menores de la provincia de Buenos Aires(localidad: San Isidro ) y 20 historias clínicas de la Maternidad del hospital Piñeiro(Municipalidad de Bs. As.)
Las exigencias metodológicas nos condujeron a reducir el tamaño de la muestra después de haber realizado la primera estadistica con la cantidad original de expedientes e historias clinicas; pero tanto la primera con 123 casos, como la segunda estadística tomando sólo 53 casos, evidenciaron la misma tendencia que es la que se expone en este articulo.
A medida que revisábamos los expedientes nos encontrábamos con vacíos significativos en los lugares destinados a las respuestas de estas mujeres ; las profesionales encargadas de realizar la entrevista escribían reiteradamente»no sabe » o bien»no contesta», lo cual dejaba incompleta la historia de la entrevistada.Este fué uno de los motivos que,metodológicamente nos condujo a reducir la muestra original. Pero lo que se nos aparecía como sintomático era el desinterés profesional ante los silencios de las madres. Si bien debemos reconocer que tanto psicólogas y trabajadoras sociales están saturadas por el exceso de trabajo y por la falta de tiempo para ocuparse de cada caso, también es verdad que cada una de estas madres llevaba consigo una historia de vida que hubiera merecido otra atención .
Descubrimos una trama que ponía al descubierto un problema social grave y por otra parte un problema significativo dentro de las políticas uiversitarias. En nuestro medio, el instituto de la adopción no tiene suficientemente en cuenta la existencia de una historia previa protagonizada por personas que fueron cercanas y responsables respecto de la criatura entregada. Dicha circunstancia abre un espacio para reflexionar acerca del modo en que estas mujeres son representadas en el imaginario social de los profesionales que las reciben y que inician los trámites de adopción . Reflexión que merece ser extendida hacia la responsabilidad que le compete a los contenidos de la formación universitaria en cuanto desconoce la situación psicosocial de estas mujeres y no busca desactivar los prejuicios y dogmas que en los profesionales impregnan la pertenencia clase social. Innumerables universitarios también forman parte de aquellos que recomiendan el translado de los niños a familias «mejores» que la original . Entre las «mejores» se aceptan las que provienen de otros países sin tener en cuenta que la Argentina no adhirió a los puntos de los tratados internacionales que defienden la adopción internacional.
De manera que a medida que avanzábamos verificábamos nuestra tesis:estas mujeres sólo interesan como vientres productores de hijos para «buenas familias»,criterio compartido por los diversos estamentos de nuestra sociedad.
¿Quiénes son estas mujeres?
Edades: entre 12 y 42 años. Más de la mitad era menor de 21 años y las tres cuartas partes no había cumplido 25 años.Es decir,el predominio es de mujeres muy jovenes lo cual nos conduce a preguntarnos si todas ellas realmente querían desprenderse del niño o si lo entregaban debido a presiones familiares. Cuando se trata de una menor de edad la entrega debe hacerla acompañada por un adulto (madre o padre ).
Educación: El 36% no completó la educación primaria(hay cuatro analfabetas)y otro tanto logró completarlo.De las restantes,la mayoría no completó el ciclo secundario.El grupo más joven, hasta 17 años aparece como el menos instruído.
Origen por nacimiento: En su mayoría son migrantes debido a la falta de trabajo en sus provincias de origen; una minoría justificó la migración debido al embarazo. La presencia del bebe dificulta enormemente conseguir un trabajo, sobre todo porque son mujeres que intentan ocuparse en servicio doméstico y en esa tarea no se las contrata si tienen hijos con ellas.
Ocupación :Dos tercios de ellas en servicio doméstico ; el resto como empleadas, obreras del sector industrial, costureras o modistas. Relacionando la migración con la instrucción y la ocupación la entrega del hijo es previsible. Inclusive si se la contrata «por horas» ya que entonces debe dejar al bebe en una guardería y debe contar con ayuda familiar y vivienda para poder permanecer con él.
Relación con sus familias de origen:La mayoría fué criada por uno de sus padres
Se desconoce si tienen hermanos, abuelos o tíos.Hubiese sido muy útil saber si ella tuvo algún hermano entregado en adopción.Se ignora el estado civil de su madre :casada, soltera o viuda.Se desconoce si actualmente mantienen contacto con sus padres.Un tercio de la muestra(entre las menores de 17 años) conviven con sus padres.Otro tercio convive con otros familiares(cónyuge/compañero)y el tercio restante con personas que no son sus familiares.
El hecho de que una mujer cuente con familia presupone -erroneamente-que contará con apoyo familiar :veremos en otras respuestas que no sucede de ese modo.El 50% de estas mujeres responden que entregan a sus hijos porque carecen de apoyo familiar.
Estado civil : Solo el 11% tenían marido o compañero estable(las mayores de 25 años)Pero esta unión no significa deseo o posibilidad de mantener el niño con ellos.El resto de la muestra está compuesto por mujeres solteras.
¿Quiénes son los niños entregados en adopción?
Otros hijos: el 57% eran mujeres que ya habían tenido un hijo o más y que se desprendían del último niño y mantenían a los otros consigo.Este es un dato doblemente significativo: por una parte, el adoptivo desconoce que cuenta con una fratría consanguínea, y por otra parte, para los hermanos que se quedan con la madre de origen, el hermanito que un día desaparece de la vida familiar pasa a instituírse como un desaparecido, es decir, se ignora dónde está y qué sucedió con él.Hablamos entonces de duelo suspendido.
Para el 90% de las mujeres estudiadas, es la primera vez que entregan un hijo(aunque ya tengan otros que mantienen con ellas).Para la mitad de ellas se trata del primer hijo que tienen.Respecto del sexo, es proporcional, reprtiéndpse casi por mitades varones y niñas
Edad del niño al ser entregado : Para el 17% eran bebes recién nacidos y para el 47% tenía un mes de vida.Este dato es importante respecto del imprinting que se produce durante el primer mes de vida:un recién nacido no se asemeja a un bebe de un mes, respecto del amamantamiento y de las experiencias sensoriales y psíquicas. La mayoría de estas mujeres no convivió con el bebe; estos permanecieron en instituciones hasta su entrega en adopción.
Un grupo de mujeres(14 de ellas) mantuvo contacto con el niño durante meses, algunas hasta los 18 meses de vida,lo que modifica sustantivamente las características de la entrega y las reacciones del niño ante dicha separación. Podemos conjeturar que en estos casos,las madres hicieron todo lo que pudieron para no desprenderse de la criatura.
¿Quién es el varón corresponsable por el embarazo?
Este constituye uno de los puntos más conflictivos de las respuestas. En la mayoría de los casos las mujeres responden que fué un amigo, o conocido, ya sea si se trata de una relación casual o sostenida.En el orden de las respuestas le sigue el compañero , el marido o un desconocido que incluye violación.En la mínima proporción, el novio o un familiar.
Cuando responden que se trató de un desconocido conjeturamos que y tentan proteger al varon imaginando y temiendo una intervención institucional que busque al sujeto intentando que legitime al niño;si la mujer convive con este varón, teme que en caso de producirse ese hecho, el hombre podría abandonarla. Si es adolescente, encubre la violación llevada a cabo por su padre o por el padrastro. La naturalización del incesto es una variable significativa en nuestras culturas campesinas , conurbanas y en las las áreas urbanas( Giberti E y Lamberti S., 1998).
Cuando califican el vínculo con el varón como transitorio también puede ser para disponer ellas de la autoridad para entregar al niño.No obstante este tema abre un interrogante porque estas mujeres al responder de este modo se presentan a si mismas como si habitualmente mantuvieran coyuntural y accidentalmente relaciones sexuales sin pretensión de estabilidad. O sea, que dada la reiteración de estas respuestas entre las mujeres que entregan sus hijos en adopción, habría un significativo porcentaje de mujeres que entablan relaciones sexuales con conocidos, o amigos.Esta respuesta no es creíble y parece una estrategia proteccional hacia el varón.No obstante el valor de esta respuesta reside en que preanuncia un argumento mayor para justificar la entrega del bebe, tal como se advierte en el item en el que se le pregunta ¿Cuál es el motivo de la entrega?
Ante la cual, la mitad de ellas responde: «Abandono del compañero», cuando anteriormente había respondido que no había tal compañero sino un amigo o conocido.
¿Por qué deciden entregar al niño?
Motivos: La falta de apoyo familiar constituye el ítem más representativo,sin aclarar a qué se refieren.Pero tanto esta respuesta como la anterior:»Abandono del compañero» sugieren que, en caso de haber contado con apoyo familiar o con un compañero, no entregarían al niño.De este modo la responsabilidad recae sobre terceros.
Otro motivo que aparece con cierta frecuencia es «sentirse incapaz de criar al niño», y también, aunque escasamente, rechazo hacia el bebe.Respecto del rechazo, se encontró que lo referían mujeres con marido o compañero,lo que nos autoriza a conjeturar violación conyugal.
La decisión de entregar a la criatura que implica desprenderse de ella deja al descubierto el mito que se refiere al institnto materno
El estereotipo que asocia útero con función materna, entendida como un valor de necesaria aparición en la mujer, es producto de un deslizamiento que se produce desde una región ontológica, la biología, hacia otra región ontológica, la axiología, que incluye los valores de dicha función (Giberti ,1980 , Giberti y otros, y Giberti E., 1996 ) No se trata de dudar acerca del amor materno, pero sí del intento de universalizarlo caracterizándolo como instinto.
E .Badinter (Badinter, 1981) escribe: «Al final del siglo XVIII, por razones económicas muy prosaicas, se coloca el mito del amor materno en primer plano». Efectivamente, en 1870, el canciller Brochard vuelve los ojos hacia Prusia y, conciente de la disminución de la natalidad, ruega a las madres que cumplan con su deber como francesas, reproduciéndose y cuidando de la supervivencia de sus hijos.
La propuesta resultó exitosa para la burguesía y el patriarcado a partir de ese siglo: teólogos, sacerdotes, médicos y otros especialistas insistieron en lo insustituible de dicho amor, que, de modo natural, instintivo, debía sentir toda mujer. La historia de la civilización desmiente la existencia de un instinto materno, considerado como algo ineludible, filogenéticamente instalado. En determinadas oportunidades, la mujer pone en juego pulsiones de autoconservación, puesto que quedarse con el niño sobrepasaría sus posibilidades de subsistencia En otro ensayo (Giberti ,1987)advertimos acerca de lo que denominamosabandono forzado, considerando la imposibilidad económica por parte de la madre, quien no dispone de dinero para mantener al niño. O sea,desde la mujer, mantener al niño consigo, funciona como no-necesariedad, aunque sí pueda serlo para el niño.Se exceptúan las situaciones en la cuales la mujer,que desea resguardar al bebe con ella, se ve compelida a entregarlo por diversas razones, algunas de las cuales se enuncian en esta investigación.
Algunas consideraciones finales
Si bien la muestra con la que trabajamos no es representativa,marca una tendencia que podríamos encontrar en otras zonas de nuestro país y en América latina
La lectura de los datos de esta investigación nos permite hablar de la violencia invisible que se encuentra en la génesis de los procesos que conducen a la entrega de niños en adopción. En primer término, los sectores profesionales y los futuros adoptantes parten de la idea de su supuesta superioridad cultural respecto del origen del niño; esta apreciación implica violencia invisible(Bordieu, 1983) .Las mujeres que entregan,por su parte, no la reconocen como tal, por haber naturalizado el trato que reciben.Ya sea por parte del varón que no coadyuvó en el cuidado para evitar el embarazo, asi como su posterior alejamiento de la mujer grávida,como por parte de la familia que no dispuso de medios para sostenere otro niño en ese grupo familiar, asi como la ausencia de políticas nacionales destinadas a preservar los derechos reproductivos que permitan disponer de la propia sexualidad sin arriesgar un embarazo no deseado. Y además,políticas estatales que protejan a la madre soltera cuando éste desea mantener consigo al bebe. Es preciso dotar de consistencia a estos hechos, nombrándolos y clasificándolos, incorporándolos en un orden simbólico que evidencie el lugar de la víctima y la eficacia del desamparo psicológico y social.
Las politicas en favor de la adopción, necesarias y eficaces en la producción de seguridad para niños carentes de ella, insisten en el «superior interés del niño» al que consideran única víctima de la separación original, sin advertir la mujer del cual es hijo también es una víctima.
Es cierto que encontramos mayoritariamente mujeres que pertenecen al sector de ingresos bajos o con sus necesidades básicas insatisfechas , pero esa dimensión se cruza con variables como la extremada juventud, la calidad de migrantes y, fundamentalmente, su condición de mujeres.
Estas variables no pueden entenderse como coyunturales ni obvias, constituyen un reflejo patente de las condiciones de vida en el subcontinente latinoamericano formando parte de un momento histórico caracterizado por la exclusión social de vastos sectores de la población, en particular mujeres y niños.
Entre las jóvenes , la razón más mencionada para la entrega resultó la falta de apoyo familiar ; sin embargo- como lo señalamos en el capítulo correspondiente – tuvimos dudas acerca de qué debíamos entender por falta de apoyo y, al mismo tiempo, conjeturamos que la decisión de entregar significaba una ruptura del modelo familiar que mantiene a las criaturas en ese ámbito.
El grupo más numeroso estuvo formado por madres que ya tenían un hijo o más y se desprendían de un único niño, el último , al que no podían mantener; pero también hubo quienes entregaron reiteradamente las criaturas que gestaron. Algunas lo hicieron apenas paridas, otras convivieron largamente con los niños.
Lo que las empareja no es alguna condición de ellas como mujeres, sino la existencia del niño y su entrega. El niño actúa como mediador entre lo que siendo comun a las mujeres, su capacidad reproductiva, en estas historias deja de serlo porque algunas fueron violadas, otras desearon el embarazo y otras no entendieron qué les pasaba.
Nuestra experiencia nos permite hipotetizar que la decisión de la entrega significa una ruptura con el modelo cultural que sostiene a las criaturas dentro del grupo familiar, en tanto portadoras de una sangre que las integra a un linaje común ; modelo al cual suponemos que pertenecen las mujeres encuestadas y sus familias.
La investigacion evidenció la existencia de culturas en clave de pobreza , cuyas pautas difieren de las que se evalúan y proponen como normales y recomendables. De éstas provienen las pérdidas , las violencias , las anestesias afectivas y los sufrimientos que impregnaron la realidad inapelable de las mujeres que no desearon concebir a esa criatura de la que habrán de separarse. No se ha estudiado,pero se supone que sienten gratitud hacia quienes les permiten deshacerse de una criatura por lo general no desead; seguramente de ese modo les ocurre a muchas de ellas¿ A todas? Creemos que no.
Las mujeres que entregan a sus hijos, ignoradas por las estadísticas, desatendidas por los organismos públicos, muchas veces temidas por los adoptantes, denigradas por cierta moral (que las excluiría de la ética kantiana), incomprendidas por numerosos profesionales, esquilmadas por ciertas almas caritativas , han hecho su aparición en escena.
Bibliografía

  • BADINTER, E. 1981, ¿Existe el amor materno? Buenos Aires, Paidos
  • BORDIEU, P. 1983, Campo del poder. Buenos Aires, Folios.
  • GIBERTI, E. 1980, Maternidad e ideología obstétrica. Ficha ofset Nº 71 del Centro de Estudios de la Mujer. Buenos Aires; editada en Temario Psicopatológico Año VII, Nº8, 1982, Buenos Aires.
  • GIBERTI, E. 1987, Abandono y maternidad. Buenos Aires. Conferencia dictada en el servicio de Neonatología de la Maternidad Sardá. Inéedito
  • GIBERTI E. 1996, El lado oscuro de la maternidad, en Actualidad Psicológica; diciembre
  • GIBERTI E. 1996, Niñas -madres ,una expresión perversa, en Revista Sociedades y Políticas; Fundación Pibes Unidos .
  • GIBERTI E. 1996, Desvalimiento y exclusión: la adopción y el tráfico con niños como paradigma; texto de la participación en panel sobre Exclusión Social y Desvalimiento; Universidad deBar Ilan
  • GIBERTI E, y LAMBERTI S 1998, Incesto paterno-filial; Ed Universidad.BsAs.

Adopción.
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